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POETA DE LA MAR

POETA DE LA MAR

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Un día como hoy de 1999 maridó eternamente el marinero del Puerto con la mar de sus sueños infantiles, tras pasar media vida errando por el mundo, desterrado por la galerna de una incivil guerra que le obligó a ir cantando de frontera en frontera junto a María Teresa, aliviadora de penas en las noches acuosas del Totoral y el Trastévere.

Fue en la caverna de su pulmón derecho donde se hizo marinero en tierra, antes de volar sobre los ángeles, cantarle a Juan Panadero y Altair, caminar peligrosamente por las calles de Roma, rebautizar con ocho nombres a Picasso, fustigar la luz y dejarnos un verso suelto para cada día prendido en la solapa.

Mi recuerdo para una noche inolvidable de palabras y vino junto al velador de una taberna donde la huella de su paso dejó escrito un verso sobre el mármol, mostrando su octogenaria alma de niño envuelta en camisa multicolor bajo una larga cabellera plateada, recordándonos la memoria melancólica de su eterna compañera, entonces herida de muerte por la desmemoria.

Contando el tiempo en el reloj de las olas se nos fue el verso azul, la sonrisa fácil y la voz enamorada de la mar tierra adentro, alzando el clavel contra la espada y mostrando a la niña Aitana el rastro de las constelaciones sin volver la vista atrás, porque los ángeles derramaron pétalos de alhelíes en las trincheras, borrando el camino de regreso.

Hoy retorna el pan candeal a la mesa y la luz al contorno marino del océano vitalizando las meninas que agonizaban en la piel de las uvas en llamaradas sobre la bahía gaditana, para recordarnos que Alberti vuela junto al cometa Halley hasta la memoria eterna, devolviéndonos, a cambio de sus penas, tanto como dejó para tenernos.

EUGENIO VARELA

EUGENIO VARELA

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Varela

Conocía las ilustraciones de Eugenio Varela en la revista Blanco y Negro a mi paso por diferentes hemerotecas del país, sin poner atención en el autor, hasta que me encontré con su obra en una exposición, donde pude valorar en justa medida el mérito de este ilustrador, al que admiro y respeto aún más, tras contemplar la muestra monográfica que ABC ha presentado.

Sorprende saber que un ilustrador gráfico de revista periodística, haya inspirado a pintores de la talla de Juan Gris o Pablo Picasso, siendo Varela el mayor impulsor de las corrientes modernistas que dominaron el continente europeo durante las primeras décadas del pasado siglo.

Maestro entre guerras y paisano de Alberti, que vino al mundo en el Puerto de Santa María en 1868, treinta y cuatro años antes que el poeta de la mar, partiendo ambos a la capital del reino, hasta morir Eugenio en 1955 en Cercedilla, después de mostrar su arte como dibujante, pintor, ilustrador, diseñador, decorador y cuantas facetas del arte se pusieron delante de él.

Tan polifacético, ignorado y olvidado artista, publicó alrededor de mil quinientos trabajos, presentando su primer dibujo en Blanco y Negro, el 1 de abril de 1899, plantando cara al dominante modernismo catalán, capitaneado por Rusiñol, Gaudí y a los creadores del Art Nouveau o los círculos vieneses, tan influyentes en aquella época, incluyendo a su inspirador Alfons Mucha.

Hallazgo expositivo que se ha incorporado al archivo de la memoria, para no olvidar nunca a quien supo unir arte con artesanía, armonizando en sus obras vertientes hasta entonces separadas, consiguiendo hacer obras de exquisito corte artístico en la ilustración gráfica.

CHARLOT

CHARLOT

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Recuerdos de vida y muerte trae este 25 de diciembre, como sensible contrapunto de dicha y tristeza, confundiendo brillantes lágrimas de felicidad por la natividad religiosa, con el rastro líquido que deja el luto en las pupilas que contemplaron imágenes blanquinegras en la pantalla, conmovidos por las peripecias cómicamente emocionales del gran payaso.

Hoy celebra la liturgia católica el nacimiento de Jesús, mientras los recuerdos laicos evocan la muerte del más grande de los cómicos, pues un día como hoy voló la parca inesperadamente sobre la ciudad suiza de Vevey, para llevarse a la eternidad con una sonrisa al Sir londinense Charles Spencer Chaplin.

Este caricato burlesco comenzó su carrera en los escenarios a los cinco años, sustituyendo a su madre en un papel secundario, y terminó llevándose un Óscar honorífico a su excepcional carrera cinematográfica, dejando para la historia películas inolvidables con miles de imágenes imposibles  de imitar, que continúan asombrando a los espectadores.

Expresó con negro humor su crítica al capitalismo. Fue calificado por el propagandista nazi Goebbels como “pequeño judío despreciable”, con motivo del estreno en 1940 de su película El gran dictador. Y, finalmente, el Comité de Actividades Estadounidenses lo condenó a prisión, incluyéndole en su lista negra por “antiamericano” y comunista, presionando para que fuera deportado, por escribir una carta a Picasso relacionada con el compositor socialista Eisler, patrocinador de la música de lucha.

Mientras se trasladaba a Inglaterra en el Queen Elizabeth el 17 de septiembre de 1952 con motivo del estreno de Candilejas, el Fiscal General de los Estados Unidos ordenó su detención, teniendo que exiliarse definitivamente en Vevey con su familia, entregando en Ginebra al cónsul americano su permiso de retorno a Estados Unidos, para expresar su intención de no volver a ese país tras haber permanecido en él cuatro décadas.

ISAAC DÍAZ PARDO

ISAAC DÍAZ PARDO

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Isaac Díaz Pardo fue un pintor, porcelanista, diseñador, empresario, intelectual y galleguista vocacional que hoy cumpliría 93 años, si la parca no se hubiera detenido a la puerta de su casa hace año y medio, cuando este santiagués aún mantenía pícara sonrisa ante las faldas, agudo sentido del humor, espíritu libertario y ganas de vivir, como acreditan sus entrañable arcángeles custodios, Ángeles y Maite.

Este soñador del arte, creador de belleza, padrino de Sargadelos y antifranquista, oyó sobrecogido los disparos del pelotón de fusilamiento que perforó el cuerpo del pintor y escenógrafo Camilo Díaz al comienzo de la guerra incivil, dejando huérfano a Isaac, en plena adolescencia, cuando media España sojuzgaba España entera.

Quede su biografía en las páginas de la historia, la medalla de oro a las Bellas Artes en la estantería y déjenme recordar con sus palabras que Picasso no hizo nunca porcelana, sino cerámica, considerando el artista gallego que la cerámica del siglo XVIII era arte de repostería con tantas flores y encajes, blandos y artificiosos, que le restaban el valor que pretendían darle los artistas de Sèvres, Limoges, Dresde y Copenhague.

Opinaba Isaac que la pintura nació en el Renacimiento italiano con Massacio, Fra Filippo y luego Tintoretto, valorando a Goya como el más grande entre todos y estimando a los impresionistas franceses, pero sin conceder mérito ni respeto a Salvador Dalí, de quien hablaba literal y reiteradamente diciendo que “tenía más cuento que Calleja”.

Pintor de hermosos cuadros y porcelanas de increíble belleza, fueron los retratos un tormento para él. Pero pocos saben que su hermanamiento con la porcelana fue casual, pues sin pretenderlo, ni buscarlo, se encontró con ella mientras iba detrás de la cerámica, añadiendo al caolín de Castro algo de cuarzo en su pazo de Samoedo, cuando no había cumplido los treinta años.

Hombre honrado, luchador por la libertad, defensor del galleguismo, valiente, comprometido y solidario, que fue engañado por su hombre de confianza y retirada su foto de los corazones familiares cuando esperaba en la estación término la llegada del tren para el gran viaje.

HACIA LA TERCERA REPÚBLICA

HACIA LA TERCERA REPÚBLICA

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Hoy se cumple ochenta y dos años de la proclamación de la 2ª República Española, y es bueno recordar que fue Unamuno quien proclamó la República en Salamanca desde el balcón del Ayuntamiento, aquella lejana tarde del 14 de abril de 1931, antes de ser nombrado alcalde honorario a perpetuidad del concejo salmantino.

Advertimos, a quien no lo sepa, que la República trajo la modernidad social a España, impulsó económicamente el país y promovió la cultura por encima de otros países europeos, hasta el punto de alcanzar la literatura y el arte niveles que permitieron hablar de la segunda Edad de Oro de la cultura hispánica, con Picasso, Unamuno, Ortega, Madariaga, Lorca, Pidal, Machado y tantos otros intelectuales y artistas que engrandecieron la patria.

La República consagró el sufragio universal, liberó a las mujeres de cadenas seculares, estableció las Cortes unicamerales, instauró el Tribunal de Garantías Constitucionales, promovió los jurados populares, reforzó el referéndum, reorganizó territorialmente el Estado reduciendo el centralismo, incorporó el derecho al trabajo, la protección de la familia, de los ancianos, los enfermos y la infancia, formalizó el divorcio, estableció la absoluta laicidad y aconfesionalidad del Estado, suprimiendo los beneficios estatales de las distintas religiones.

Si ponemos el acento en la educación, baste decir que sólo en 1931 se crearon más de 7.000 nuevas escuelas en un país con atroces desigualdades sociales, cuyo analfabetismo rondaba el 38%. Y lo que es más importante para nuestros desahuciados, “preferenciados”, parados, hambrientos, explotados, empobrecidos y estafados ciudadanos: subordinó la propiedad privada a los intereses ciudadanos.

Todo esto, y más, fue la República, y no lo que en las escuelas contó el anterior régimen y repiten sus herederos, empeñados en asociar República con guerra, izquierda revolucionaria, vandalismo, desorden y barbarie, cuando se trata simplemente de una forma de organizar el Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos, eludiendo privilegios hereditarios propios de tribus infantiles y desvalidas, incapaces de moderarse porque la cultura les falta y les sobra inmadurez.

Anticipémonos, pues, al tiempo y evitemos que las generaciones futuras nos reprochen consentir que la máxima autoridad del Estado sea hereditaria, eterna, inviolable e irresponsable, como disponen los artículos 56 y 57 de nuestra Constitución, porque ya en 1931 la Constitución republicana establecía en sus artículos 71, 82 y 85 que el mandato del Jefe del Estado fuera por seis años solamente, que podría ser destituido si hacía lo que no debía y que era criminalmente responsable de sus obligaciones, anticipando que una ley de carácter constitucional determinaría el procedimiento a seguir para demandar la responsabilidad criminal del Presidente de la República.