Navegando por
Etiqueta: Nicolás Guillén

SALVADOR Y NICOLÁS

SALVADOR Y NICOLÁS

Espriu

Uno, gerundense de Santa Coloma, y el otro camagüeyano de la tercera Cuba. El primero catalanista y el segundo activista político. Pero ambos poetas, que sin acuerdo previo decidieron venir juntos al mundo un día como hoy de 1913 y 1902, siendo bautizados con los nombres de Salvador y Nicolás, por las familias Espriu y Guillén.

Sin parentesco ideológico ni afinidad literaria, el azar de la vida nos los entregó el mismo día en diferentes cunas, pues Salvador descansaba en sábanas de organdil bajo una religiosa cruz rezando en catalán, y Nicolás en jergón de mestizaje, transcultura y son cubano, soñando rebeldía en lengua castellana.

Ambos republicanos, federalistas, amigos de la paz y luchadores por la concordia. Espriu detenido y multado por asistir a reuniones ilícitas en la dictadura, y Guillén comunista exiliado de país en país hasta el triunfo de la revolución cubana. El primero, renovador de la literatura catalana, y el segundo nombrado poeta nacional cubano.

Salvador contaba entre sus amigos con Bartomeu Roselló-Pórcel, mientras Nicolás recibía el espaldarazo poético de la mano de Unamuno. Pero ambos trovadores arriesgados, espíritus ilógicos, luchadores románticos, fieles a la verdad, agitados vitalmente y comprometidos con la libertad, la justicia y la paz.

Salvador Espriu lanzó su anatema contra el que mercadeaba con las cosas santas y convertía la religión en puntal de la opulencia o en vía practicable sólo para cretinos; contra el harto que no socorría el hambre de otras encías; contra el sabio insensible al sufrimiento del débil, que se aislaba en la torre de marfil de una serenidad cruel; contra el escriba que vendía la pluma a rocines victoriosos y se envilecía al ensalmar, por oro o por temor.

Mientras, Nicolás Guillén pedía unir las manos blancas y negras, para hacer una muralla desde el monte hasta la playa, que impidiera el paso a sables de coroneles, alacranes, ciempiés, venenos, puñales y dientes de serpientes, donde solo habitaran intramuros: rosas, claveles, palomas, laurel, mirtos, hierbabuenas, ruiseñores y corazones amigos.