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Etiqueta: natividad

PRESENCIA Y AUSENCIA

PRESENCIA Y AUSENCIA

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El caprichoso destino hizo coincidir el nacimiento del creador y líder universal de la civilización occidental cristiana, con la muerte del mayor cómico que la historia ha conocido, en un malhadado juego de azar que nos obliga a recordar ambas efemérides, aunque la primera venga impuesta por la jerarquía eclesiástica y la segunda por la triste realidad que a cada cual corresponde.

Recuerdos de natividad y muerte trae cada año el 25 de diciembre, como sensible contrapunto de dicha y tristeza, confundiendo brillantes lágrimas de felicidad por la natividad religiosa, con el rastro húmedo que deja el luto en las pupilas que contemplaron imágenes blanquinegras sobre la pantalla, conmovidos por las peripecias cómicamente emocionales del gran payaso.

La religiosa liturgia católica lleva al nacimiento de Jesús, mientras los recuerdos laicos evocan la muerte del más grande humorista, pues un día como hoy voló la parca inesperadamente sobre la ciudad suiza de Vevey, para llevarse a la eternidad con una sonrisa al Sir londinense Charles Spencer Chaplin.

Este caricato burlesco comenzó su carrera en los escenarios a los cinco años, sustituyendo a su madre en un papel secundario, y terminó llevándose un Óscar honorífico a su excepcional carrera cinematográfica, dejando para la historia películas inolvidables con miles de imágenes imposibles  de imitar, que continúan asombrando a los espectadores.

Expresó con negro humor su crítica al capitalismo. Fue calificado por el propagandista nazi Goebbels como “pequeño judío despreciable”, con motivo del estreno en 1940 de su película El gran dictador. Y, finalmente, el Comité de Actividades Estadounidenses lo condenó a prisión, incluyéndole en su lista negra por “antiamericano” y comunista, presionando para que fuera deportado, por escribir una carta a Picasso relacionada con el compositor socialista Eisler, patrocinador de la música de lucha.

Mientras se trasladaba a Inglaterra en el Queen Elizabeth el 17 de septiembre de 1952 con motivo del estreno de Candilejas, el Fiscal General de los Estados Unidos ordenó su detención, teniendo que exiliarse definitivamente en Vevey con su familia, entregando en Ginebra al cónsul americano su permiso de retorno a Estados Unidos, para expresar su intención de no volver a ese país tras haber permanecido en él cuatro décadas.

NACIMIENTO DE JESÚS

NACIMIENTO DE JESÚS

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Nada dicen los Evangelios sobre el nacimiento de Jesús, fijándose en siglos posteriores los datos relativos al dónde, cuándo y cómo vino al mundo el líder que más seguidores ha tenido en la historia de la Humanidad desde hace 2014 años, suponiendo que la fecha aceptada como válida para su nacimiento sea cierta.

Hay quienes afirman que la fecha fue 6 ó 7 años antes de la establecida, y en el siglo III aseguraban que se produjo el natalicio de Jesús en alguno de los días 6 y 10 de enero, 25 de marzo, 15 y 20 de abril, 20 y 24 de mayo, entre otras. Era tal el juego de fechas que el papa Fabián (236-250) condenó como sacrílegos a quienes pretendieran establecer la fecha del nacimiento de Jesús.

Fue entre los años 354 y 366 cuando el papa Liberio estableció como fecha inmutable para el alumbramiento de María la noche del 24 al 25 de diciembre, mismo día en que los romanos celebraban el nacimiento del Sol invencible, mientras los cristianos orientales celebran la natividad el 7 de enero porque mantienen el calendario Juliano.

Por otro lado, el lugar de nacimiento pudo ser Nazaret o Cafarnaúm, pero no Belén, procediendo el relato navideño del evangelio apócrifo pseudo-Mateo, inventándose posteriormente la escena del buey y el asno al mezclar un texto manipulado de Isaías con otro de Habaduc mal traducido.

En cuando a la legendaria estrella de Belén, fue Kepler quien propuso en 1606 que fue debida a una extraña conjunción de la Tierra con Júpiter y Saturno mientras el Sol pasaba por Piscis, que tuvo lugar en el año 7 antes de Cristo.

CHARLOT

CHARLOT

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Recuerdos de vida y muerte trae este 25 de diciembre, como sensible contrapunto de dicha y tristeza, confundiendo brillantes lágrimas de felicidad por la natividad religiosa, con el rastro líquido que deja el luto en las pupilas que contemplaron imágenes blanquinegras en la pantalla, conmovidos por las peripecias cómicamente emocionales del gran payaso.

Hoy celebra la liturgia católica el nacimiento de Jesús, mientras los recuerdos laicos evocan la muerte del más grande de los cómicos, pues un día como hoy voló la parca inesperadamente sobre la ciudad suiza de Vevey, para llevarse a la eternidad con una sonrisa al Sir londinense Charles Spencer Chaplin.

Este caricato burlesco comenzó su carrera en los escenarios a los cinco años, sustituyendo a su madre en un papel secundario, y terminó llevándose un Óscar honorífico a su excepcional carrera cinematográfica, dejando para la historia películas inolvidables con miles de imágenes imposibles  de imitar, que continúan asombrando a los espectadores.

Expresó con negro humor su crítica al capitalismo. Fue calificado por el propagandista nazi Goebbels como “pequeño judío despreciable”, con motivo del estreno en 1940 de su película El gran dictador. Y, finalmente, el Comité de Actividades Estadounidenses lo condenó a prisión, incluyéndole en su lista negra por “antiamericano” y comunista, presionando para que fuera deportado, por escribir una carta a Picasso relacionada con el compositor socialista Eisler, patrocinador de la música de lucha.

Mientras se trasladaba a Inglaterra en el Queen Elizabeth el 17 de septiembre de 1952 con motivo del estreno de Candilejas, el Fiscal General de los Estados Unidos ordenó su detención, teniendo que exiliarse definitivamente en Vevey con su familia, entregando en Ginebra al cónsul americano su permiso de retorno a Estados Unidos, para expresar su intención de no volver a ese país tras haber permanecido en él cuatro décadas.

CARIDAD Y SOLIDARIDAD

CARIDAD Y SOLIDARIDAD

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Pobreza

La natividad del Señor que esta noche celebran los creyentes por mandato litúrgico, es también aprovechado por los infieles descreídos para hermanarse con los vecinos, con mutuos deseos de felicidad, estando los primeros movidos por la caridad y los segundos por la solidaridad.

Caridad y solidaridad son raíles de cristiandad y laicidad unidos por traviesas de amor al prójimo y empatía con el vecino, por donde circula el tren humanitario revestido de mandamiento divino o solidaridad comunitaria, ambos ocupados en la liberación de los pobres, desfavorecidos y olvidados por una sociedad más preocupada por la calidad del chocolate que por la hambruna en chozas africanas y chabolas europeas.

Es la caridad virtud teologal cristiana que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo, estando dispuestos los creyentes a dar la vida por los hermanos amándolos como Cristo los amó y redimió del pecado condenatorio sacrificando su vida en una cruz, en nombre de su misericordioso Padre celestial, permitiendo a los hombres y mujeres ganar el cielo y la felicidad eterna.

En cambio, la solidaridad es capacidad laica del ser humano para entregarse a los vecinos, sin distinción de raza ni condición alguna, compartiendo con ellos su hogar, alimentos, sentimientos y abrigo, sin pensar en beneficios extraterrenales consecuentes a esa actitud, recibiendo a cambio la satisfacción personal por una generosidad que dignifica a la persona y ennoblece la raza humana.

Por eso, quienes esquilman al vecino, permiten su indigencia, provocan la miseria o se desentienden de su hambruna, tienen poco de cristianos o de humanos, al carecer de la solidaridad laica o caridad cristiana que llevan al espíritu humanitario redentor de miseria en que viven los seres de su misma raza.

El amor al prójimo que aparentan profesar muchos poderosos que se dan golpes de pecho en los reclinatorios de las iglesias con la mano derecha, mientras dañan al vecino con la izquierda enviándole a las tinieblas sociales, está dando paso a la solidaridad popular de quienes practican un humanismo liberador, amparado en la empatía comprometida al servicio de los desfavorecidos.