Navegando por
Etiqueta: muertes

ASALTO A LA VIDA

ASALTO A LA VIDA

Un centenar de seres humanos procedentes de la hambruna han saltado la doble valla concertinada que limita el norte del sur en territorio africano español, besando con reverencia el suelo conquistado tras jornadas incansables de caminar huyendo del maldestino en que la fatalidad los dejó abandonados al pairo de la vida.

Asaltos que no detendrán las vallas europeas, ni los muros mejicanos, ni las tempestades mediterráneas, ni las muertes incesantes de las pateras, porque cuando las personas no tienen nada que perder están dispuestas a perderlo todo por conquistar un mundo donde se discute la calidad del chocolate mientras los asaltantes se muerden los codos de hambre.

Para comprenderlos es preciso poner el oído en su pecho y escuchar los latidos de su alma exiliada y el desgarrado grito silencioso de la soledad que les acosa con voz ronca de queja resignada y dolorida por la marginación y el desamparo, poniendo al descubierto la huella de las espuelas que el jinete de la miseria deja en su quebrada existencia.

Inmerecido destino del azar que se entretuvo en cuna de terciopelo, mientras la lluvia destilada en las chabolas maldecía el futuro de estos desesperados, humedeciendo con lágrimas enrojecidas el llanto enjaulado en la impotencia de quienes no han cometido otro delito que nacer al sur de la opulencia.

TÓSIGOS HUMANOS

TÓSIGOS HUMANOS

ya

Sabemos que los productos tóxicos contienen sustancias que producen envenenamiento en los seres vivos, pudiendo llegar a causar las muerte de los intoxicados, si no se toman medidas oportunas para eliminar los efectos ocasionados por las sustancias nocivas ingeridas, inhaladas o inyectadas.

Junto a estas pócimas químicas, existen tósigos humanos no descritos en manuales ni estudiados en centros educativos, a pesar de tener una toxicidad superior a los bebedizos convencionales y funestas consecuencias para los demás, pues contaminan todos los espacios de su hábitat.

Tales pócimas humanas son crónicamente ambiciosas, anímicamente inmorales, endémicamente malignas y genéticamente perniciosas, por mucho que disfracen sus colmillos con sonrisas de porcelana y oculten su inveterada vocación de exterminio bajo una piel de oveja merina.

Profesionales de la usurpación, expertos en manipulación y carentes de escrúpulos, ostentan en la pechera moral el título de peritos en extorsiones, abusos y usurpaciones de bienes y derechos vecinales, explotando las desgracias en beneficio propio y mirándose al espejo sin ver la podredumbre de su alma.

En el diccionario ético de los tósigos humanos no figuran palabras como verdad, solidaridad, empatía, honradez y generosidad, para evitar tentaciones demoníacas de servicio al prójimo, ayuda al vecino y compromiso social, siendo tales toxinas bípedas los responsables del envenenamiento ajeno, con su prepotencia, cinismo y codicia.

DOBLE INSEGURIDAD LABORAL

DOBLE INSEGURIDAD LABORAL

images

La relación inversa que mantiene la seguridad con su antónimo, nos permite afirmar que la inseguridad laboral ha ganado terreno en los últimos años, obligando a los trabajadores a tirar por la borda grandes paquetes de estabilidad que se habían almacenado durante muchas décadas en el desván laboral, tras siglos de luchas, privaciones, sacrificios, condenas y muertes.

A la inseguridad tradicional que se ha llevado por delante a miles de obreros caídos de los andamios, se añaden enfermos crónicos que hacen cola a la puerta de los hospitales, como silicóticos, envenenados con productos químicos, quemados por electrocuciones y mutilados por máquinas, al ser obligados a trabajar sin las oportunas medidas de seguridad en el trabajo.

Pero ha tomado cuerpo una nueva inseguridad laboral, fruto de la sumisión política, que está llevando a la explotación de millones de proletarios indefensos que sobreviven en la intemperie legal, desamparados por unas leyes encaminadas a proteger clase dominante, haciendo sonreír a la insaciable patronal y aplaudir al mundo financiero.

Esta doble inseguridad confirma una incertidumbre laboral sin precedentes, donde los trabajadores se preguntan angustiados quién los comprará tras la inmediata depuración que les espera. Y la duda sanitaria obliga a los asalariados a interrogarse sobre las consecuencias que tendrá su próximo accidente de trabajo.

En resumen, mientras unos pierden trabajo otros pierden la vida trabajando, sin que esta siniestra situación parezca inquietar a quienes deciden sobre la vida de los trabajadores desde los despachos donde han sido puestos por ellos.