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Etiqueta: mamoneo

SOPLAR Y SORBER,…. SÍ PUEDE SER

SOPLAR Y SORBER,…. SÍ PUEDE SER

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La perversión del refranero castellano por parte de algunos dirigentes políticos, financieros, eclesiásticos y sociales, es la causa de la profunda crisis que sufren los desfavorecidos que viven al sur de la vida, ajenos a la recuperación que pasea orgullosa sus beneficios por el norte, donde habitan los privilegiados, ignorando la existencia de los sureños.

Sabido es que la ingenuidad popular ha creído siempre que soplar y sorber no puede ser, según el proverbio que niega la posibilidad de realizar ambas acciones simultáneamente, creyendo que no es posible que quien sopla sorba, algo que es falso porque los mandamases realizan las dos acciones al mismo tiempo, compatibilizando lo que parecía incompatible.

Soplan las papeletas electorales para hacerlas volar fuera del alcance de la democracia, y al mismo tiempo sorben beneficios inalcanzables para los demás.

Soplan sobre las cajas de las Cajas para limpiarlas de billetes, y al mismo tiempo sorben codiciosamente indemnizaciones multimillonarias en los despachos.

Soplan las togas incómodas, los disidentes y las denuncias, al tiempo que sorben voluntades judiciales, sumisas lealtades y trituradoras de documentos.

Soplan sobre las redacciones de los medios de comunicación, al tiempo que sorben noticias comprometedoras sobre la basura guardada bajo las alfombras.

Soplan las neuronas de los cerebros incondicionales, al tiempo que sorben sus voluntades para hacer con ellas tantas capas como sayos visten los descerebrados.

Soplan la venda de la Justicia para que vea bien a los sopladores y los exculpe, al tiempo que sorben sentencias condenatorias de los soplistas.

Soplan personal docente, sanitario y social de los colegios, hospitales y hogares, al tiempo que sorben asesores, amigos, familiares y servidores personales.

TRAPOS SUCIOS

TRAPOS SUCIOS

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Con el inicio de juicios a despreciables políticos, coristas, intermediarios, esposas y dirigentes locales marbellíes, ha comenzado el reguero de trapos sucios que nos espera con «gúrtel», «noos», «eres», «catalunia», «pepiños», «bárcenas», «valensia» y otros, sabiendo que lo más repugnante está por venir.

No es deseable que el pimpampún de acusaciones, declaraciones, ocultaciones y delaciones que se avecina, sea un engañabobos que despiste al personal haciéndole olvidar el mamoneo, mangoneo, politiqueo y amigueo, que han llevado presuntamente a cabo los actuales encausados.

Destapar la cloaca de mangancias, trampancias y estafancias, nos permitirá conocer a cientos de encubridores que guardaron silencio ante lo que pasaba a diario por la puerta de sus despachos y descubrir insospechados cómplices de tan despreciables protagonistas.

Los jueces deben colaborar a que la historia de la corrupción española no se escriba al dictado de tramposos que pretenden correr un tupido velo sobre sus estafas y robos, pero también deben estar atentos a delatores que pongan en marcha el ventilador y tiren de amenazadoras mantas, al grito de «y él más».

Deseamos saber la verdad por disfrazada que se encuentre, confiamos en las togas judiciales para limpiar la podredumbre que muchos han arrojado sobre las Instituciones, esperando que la justicia haga su trabajo sin quitarse la venda ni desequilibrar la balanza, porque en ello va el futuro de la democracia, el honor institucional y la dignidad de un pueblo mancillado por cuatreros de guante blanco que han robado dinero común, despilfarrado el patrimonio de todos y condenado a la miseria a muchos ciudadanos.

NO ME SALEN LAS CUENTAS

NO ME SALEN LAS CUENTAS

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Con lo bien que se me han dado siempre los números, ahora resulta que no me salen las cuentas. Entiendo que los repartos directamente proporcionales consisten en distribuir una cantidad total entre las partes, de forma que si los hijos deben aportar dinero a la familia, pague más el hermano que más tiene. Pero si se trata de hacer un reparto inversamente proporcional, la cantidad total se distribuye en orden inverso a las partes, es decir, en una herencia familiar sale más beneficiado es el hermano que menos tiene.

Esta creencia me hace pensar que Rajoy faltó a clase el día que explicaron los repartos proporcionales o que no entendió  nada, porque en este país no hay proporcionalidad fiscal inversa adecuada entre los que menos ganan y los que más tienen. Vamos, que los menos favorecidos pagan más de lo que deben pagar, y los millonarios que más tienen aportan mucho menos de lo que les correspondería, contraviniendo la aritmética, la justicia social, la solidaridad y el sentido común.

Tampoco me salen las cuentas con los chupópteros electorales porque si Alemania con 80 millones de ciudadanos tiene 150.000 políticos, ¿cómo es posible que en España, con 47 millones, tengamos 445.000 fulanos mamoneando? La conclusión clara: o en Alemania faltan políticos o sobran en España. Sin contar, claro, los asesores, consuegros, asistentes, consejeros, parientes, compadres y recaderos.

Creo que las cuentas me saldrían si se eliminaran los 390 senadores, 1206 parlamentarios autonómicos, 1031 diputados provinciales y 57 ó 58  millones de asesores de la nada, que se llevan 90.000 millones de euros en bruto, tan necesarios para la sanidad, la educación, la justicia y los servicios sociales.

¿Añadimos la golfería de la corrupción y la impunidad del despilfarro? No, no hace falta. Con los 90.000 millones citados tendríamos bastante para cuadrar las cuentas. ¿Por qué no lo hacemos, pues?

MEDIOCRIDAD

MEDIOCRIDAD

La realidad confirma que nuestro problema no es la deuda pública y privada, ni el rescate, ni las autonomías, ni el euro. Ni siquiera el egoísmo natural del ser humano o su capacidad para mentir son responsables de la decadencia moral y falta de compromiso ético que convierte a los animales racionales en terribles depredadores de su especie.

Es la falta de mérito y capacidad de los dirigentes sociales lo que nos ha llevado al sótano donde estamos encerrados sin posibilidad de redención a medio plazo. Es la ineptitud de los polítiqueros lo que hace imposible la salvación, pues han optado por la dedocracia, exigiendo a los dirigentes el débil mérito de llevar carnet entre los dientes y logotipo en la solapa.

Mediocridad se llama esta grave epidemia que padecemos, para la cual no se ha descubierto vacuna ni tratamiento alguno, porque quienes tendrían que aplicar los medios para erradicar la pandemia son los propios beneficiarios de su expansión, y no están dispuestos a inmolarse para salvarnos de sus continuos disparates y mamoneo.

A esta situación degenerativa no se llega en pocos años, porque la contaminación existente afecta a todos los sectores sociales, donde se ha infiltrado una legión de incapaces a decidir por los demás, careciendo de los más elementales criterios para ser rectores.

Hoy muchos mediocres dirigen centros educativos, gerencian hospitales, administran bienes comunes, ocupan sillones oficiales, dictan sentencias, presiden sociedades, regentan empresas, lideran sindicatos, gobiernan entidades, capitanean fuerzas de seguridad, encabezan listas electorales, acaudillan sindicatos y  controlan medios de comunicación

En un país gobernado por mediocres, donde los ciudadanos brillantes provocan repulsión, todo se explica: que los cerebros emigren, los banqueros sean insaciables, la Iglesia guarde silencio, los chistes consuelen la desgracia, se limite la libertad, se manipule la información, se mienta impunemente, la justicia no sea ciega, prolifere la basura televisiva, falten ideas y los pícaros se aprovechen de la situación.

BALANCE AUTONÓMICO

BALANCE AUTONÓMICO

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Diciendo lo que voy a decir, sé que algunos van a decir lo que no quisiera que dijeran, pero voy a tolerar lo que digan porque tienen derecho a decir lo que quieran. Los años pasados en un país tan «profesionalmente autonómico» como Suiza, me autorizan a decir que el origen de nuestra ruina se encuentra en «estas» autonomías de mi patria.

Dicho esto, se equivocarán quienes me tachen de robespierranismo trasnochado, de jacobino decadente, de impertinente filogirondino o de revolucionario de chistera, aunque mis intenciones estén lejos de pretender ejecutar al rey con todos sus cortesanos, ni de romper con el sueño histórico autonómico de mis paisanos gallegos, vascos y catalanes.

Tampoco pretendo insultar a don Felipe y don Leopoldo por los acuerdos alcanzados en los primeros pactos autonómicos de 31 de julio de 1981, a los que se añadieron los segundos en 1992 por acuerdo entre González y Aznar. No.

Pero la experiencia adquirida en 34 años de Estado Autonómico refleja que el dinero invertido en edificios, sueldos, dietas, despachos, mobiliario, consejeros, parlamentarios, asesores, guardaespaldas, funcionarios, coches, chóferes, etc. ha sido la causa de nuestros males, incrementada por el despilfarro y la mala gestión, ya que la multiplicidad de parlamentos y gobiernos no ha dado al pueblo el rendimiento que pregonaban sus patrocinadores, ni las ventanillas se han acercado más al ciudadano.

Tantos miles de millones de euros como se han invertido en estas autonomías, hubieran estado mejor empleados en promover empresas, mejorar infraestructuras, fomentar el empleo, incrementar el bienestar ciudadano, crear hospitales y levantar centros educativos, siendo ahora la situación distinta para los ciudadanos que habitamos distintos espacios en la piel de toro. ¿Quiénes han sido los mayores beneficiarios de la política autonómica? Pues los depredadores que han sabido aprovecharse de ella, pero no el pueblo. Es decir, los pícaros de siempre.

Según datos consolidados de la contabilidad nacional, elaborados por el Ministerio de Hacienda, las comunidades autónomas gastaron en 2011 la cantidad de ¡86.333 millones de euros¡, de los cuales 53.484 millones (¡el 62 %¡) se fueron en gasto de personal, o como diría un castizo, las comunidades se han convertido en oficinas de colocación, en mamoneo de politiqueros, amiguismo insultante y descarado nepotismo. ¡Ah!, no intenten pasar estas cifras a pesetas porque reventarán las calculadoras.

Si tenemos en cuenta que la deuda pública de la comunidades asciende a ¡140.083 millones de euros¡  según el Banco de España, no queda más remedio que apuntalar con honradez, responsabilidad y competencia el artículo 2º, antes que un golpe desesperanzado del pueblo ponga las cosas en su sitio, porque la indignación es grande, la desvergüenza va en aumento, los abusos no cesan, aumenta dolorosamente el número de parados y el «rescate» está dando cada día mayores aldabonazos en la puerta para dejarnos definitivamente en situación de K.O. técnico.