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Etiqueta: Ley mordaza

LEY MORDAZA

LEY MORDAZA

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En la huelga a la japonesa, los empleados trabajan más de lo normal para aumentar la producción, obligando a una bajada de precios por exceso de producto en el mercado y elevados costes de almacenaje. Esto es algo diferente a la huelga de celo, que consiste en el cumplimiento estricto y riguroso de las leyes hasta paralizar la actividad estatal y/o privada.

En ambos casos, la actitud de los trabajadores perjudica al Gobierno, bloquea la Administración o quebranta a la patronal, sin que los empleados sufran descuentos salariales, despidos legales, problemas laborales o detenciones policiales que acompañan inevitablemente a las huelgas convencionales.

Bien, pues dicho esto, propongo a los diputados y senadores que votaron en contra de la llamada Ley Mordaza, que se manifiesten contra ella frente al Congreso, para que sean todos identificados, detenidos y fichados por los mismos policías que tienen la obligación de protegerlos como representantes del pueblo, para avergonzar al patrocinador de semejante ley y provocar una protesta de todos los Gobiernos y Parlamentos democráticos del mundo.

Ley mordaza está condenada a desaparecer desde su nacimiento, y eso lo sabe su patrocinador. Moribunda Ley Fugaz que apenas durará unos meses en vigor parte de su articulado pensado – entre otras cosas – para eximir de responsabilidad a los pocos policías indeseables que hay en el cuerpo, pues la mayoría de ellos cumplen su misión con respeto a leyes internacionales que están por encima de normas de menor rango opuestas a ellas, impuestas en contra de la voluntad general en un Estado de Derecho.

El Consejo Editorial del prestigioso New York Times ha calificado la “Ley Mordaza” como norma “ominosa”, es decir, abominable. Y la ONU ha mostrado su preocupación por el deterioro de los derechos humanos en España, hasta el punto de que un grupo de relatores ha pedido dar marcha atrás con la “Ley Mordaza” porque viola derechos y libertades fundamentales de los individuos, al socavar los derechos de manifestación y expresión en España.

MORDAZA Y FUGA

MORDAZA Y FUGA

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Pocas leyes han concitado un rechazo tan general como la Ley de Seguridad Ciudadana, en vigor desde el día 1 de julio, que pretende amordazar a los españoles privándolos de libertad de expresión a base de duras sanciones por hipotéticas faltas y delitos, mereciendo la citada norma censuras de organismos nacionales e internacionales y críticas de jueces, fiscales, abogados, políticos, militantes, cuerpos de seguridad, bomberos, taxistas, clérigos, heladeros, comadres, churreros, caldereros, incluso de los propios militantes y algunos miembros del Gobierno promotor de la misma.

En opinión de expertos juristas, con esta norma legal se conculcan derechos humanos básicos, atreviéndose algunos de ellos a calificarla de inconstitucional a sabiendas que el tribunal correspondiente no tendrá tiempo a dar un veredicto porque la promulgación de la ley lleva aparejado el anuncio de su propia desaparición, sea cual fuere el Gobierno que sustituya a los autores de la misma.

Salvando las diferencias en tiempo y articulado, esta ley recuerda, -por el rechazo producido-, a la extrajudicial y paralegal Ley de fugas de 1921, promulgada para endurecer la legislación y frenar las protestas sociales derivadas de la crisis económica de 1919, utilizada de forma inclemente y asesina por su principal promotor, el general Martínez Anido.

Semejante ley simulaba la huida de un preso para acabar con él, encubriendo con tal pretexto el asesinato de la persona detenida, violando impunemente el derecho de habeas corpus que condena los arrestos y detenciones arbitrarias, porque conculcan derechos fundamentales de las víctimas.

Bajo el paraguas de tal ley se ocultaron todos los crímenes de Estado que imaginarse pueda, poniendo mucha atención los gendarmes en que sus disparos a los asesinados se hicieran por la espalda para simular la fuga del disidente, todo ello en macabra connivencia con jueces y políticos, en épocas de crisis sociales como sucedió en la Restauración borbónica y las dictaduras militares de 1923 y 1936.