Navegando por
Etiqueta: juzgado

TODOS A LA CÁRCEL

TODOS A LA CÁRCEL

Unknown

Son varios los ciudadanos detenidos por insultar y amenazar a políticos en las redes sociales, pero cabe esperar que será mayor el número de políticos que pasen por los banquillos debido a los insultos y amenazas que ellos propinan, considerándose impunes a la ley que pretenden imponer para criminalizar las opiniones de mal gusto que viertan los vecinos hacia ellos en Twiter, Facebook, blogs o artículos de opinión.

Es obligado suponer que los fiscales pondrán a disposición judicial a los políticos que vuelvan a llamar «gusanos goebbelianos» o “basura” a los periodistas; “víbora con cataratas” a un alcalde; “cucarachas” a los que van a la bodeguiya; “cojo inútil” a un senador disminuido; “pija que no sabe hablar” a una ministra; “asesino” a un diputado; “tocapelotas” a un presidente autonómico; “enorme hijo de puta” al presidente del Congreso; o “canalla” al presidente del Gobierno.

También pasarán por el juzgado de guardia los individuos de un bando que llamen al ciudadano de la otra bancada: “fascista”, “nazi”, “franquista”, “bambi”, “patriota de hojalata”, “bobo solemne”, “gilipollas”, “sinvergüenza”, “mierda”, “filibustero”, y otras lindezas que “hunos” y “hotros” llevan dirigiéndose durante años.

Igualmente, los jueces tendrán trabajo extra con los políticos que no han escatimado insultos y amenazas en torno al terrorismo, como aquel que dijo: “cuando dejen las armas, en vez de un tiro les meteremos dos”; o el otro que descubrió el voto secreto de un miembro del Gobierno afirmando sin pudor: “el señor ministro vota a ETA”.

Los ciudadanos del movimiento 15-M han recibido estos elogiosos piropos de ciertos políticos y periodistas en medios de comunicación, tribunas y redes sociales: “camorristas”, “pendencieros”, “mastuerzos”, “tontos”, “criminales”, “híbridos de hiena y rata”, “payasos”, “majaderos”, “golpistas”, “malnacidos”, “parias”, “farsantes”, “cultivadores de marihuana”… Y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca también ha recibido parte del convite insultante y amenazante, con injurias del tipo “piojosos”, “nazis”, “borregos”, “falsarios”, “fascistas” y “estafadores”.

Por otro lado, las amenazas recibidas por algunos políticos han escandalizado a los de su clase, pero ninguno de ellos ha considerado amenaza de muerte que un niño afectado de cáncer lleve cinco años sin tratamiento en el toledano hospital Virgen de la Salud, como han denunciado los padres del pequeño; o los enfermos que fallecen en listas de espera; los dependientes que agonizan en sus casas en las peores condiciones de subsistencia; o los que se hacinan en pasillos hospitalarios por cierre de plantas asistenciales, eliminación de quirófanos o reducción de personal sanitario.

JUSTA JUSTICIA, PERO QUEREMOS MÁS

JUSTA JUSTICIA, PERO QUEREMOS MÁS

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 20 de Madrid ha anulado la sanción de cinco días sin empleo ni sueldo que el alcalde Gallardón impuso al policía municipal Javier Roca Sierra, por manifestar públicamente su indignación con los “indignados” en la Puerta del Sol  hace un año, entendiendo  el magistrado que con ese castigo se vulnera el derecho fundamental a la libertad de expresión, censurando al mismo tiempo que se utilice el régimen disciplinario para sancionar libertades públicas.

Ahora falta que otro juez condene a la secretaria general de Sanidad y Consumo, Pilar Farjas, por amenazar a Facua-Consumidores en Acción con retirarle las subvenciones que recibe, si vuelve a criticar al Gobierno por los recortes en Sanidad y Educación que están pulverizando a los consumidores. Amenaza y chantaje ministerial injusto y discriminatorio sobre el que debe pronunciarse la justicia.

Con semejante actitud se pretende igualmente conculcar un derecho constitucional básico que los jueces tienen la obligación de evitar, si queremos que los pequeños restos que aún quedan de democracia, desaparezcan en el país.

No es de recibo que la Iglesia, la popular FAES  y otras organizaciones,  haya criticado duramente algunas leyes y decretos, promoviendo incluso manifestaciones contra las decisiones gubernamentales, sin recibir castigo alguno, y ahora se niegue el pan, el agua y la sal, a los que alzan la voz a favor de la población, porque en este país todos somos consumidores, incluso de paciencia, aunque ya nos quede poca en la despensa de la resignación.