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Etiqueta: ideología

CLASES DE INMIGRANTES

CLASES DE INMIGRANTES

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Inmigrante es toda persona que emigra a otro país para instalarse en él, sin distinguir a los desplazados por su color de piel, sexo, ideología o procedencia, ni establecer clasificaciones entre ellos en función de los méritos acreditados, las habilidades demostradas, el conocimiento adquirido, la cultura mostrada, el pedigrí garantizado o la cuenta corriente exhibida.

Pero la realidad es bien distinta para muchos ciudadanos, políticos, financieros y publicistas del país de acogida, empeñados en distinguir unos inmigrantes de otros, dejando clara su preferencia por los que llegan a nuestra tierra en avión privado, frente a quienes desembarcan en patera huyendo de la hambruna.

Es oficio de los sectarios sociales, condenar, explotar, abusar, maltratar, encerrar y expulsar del territorio a los desterrados de su país por la miseria, al tiempo que aplauden, agasajan, elogian, respetan y glorifican a los inmigrantes de lujo que se inscriben en los censos y abren todas las puertas institucionales para obtener permisos de residencia que se niegan a los emigrantes de cayuco.

Poned el oído en el pecho de un exiliado por el hambre para oír los latidos de su corazón, y escucharéis el grito silencioso de su soledad, la voz ronca de su queja resignada, su dolor por la marginación, el abuso de las espuelas en sus entrañas y veréis sus pupilas enrojecidas por el llanto que palpita en la jaula del pecho.

Sabed que pasean por las calles inmigrantes protegidos por su cuenta corriente, junto a desvalidos emigrantes llegados sin zapatillas, que soportan en los costillares latigazos de desprecio por los mismos que se rompen las manos aplaudiendo a millonarios balompédicos llegados al césped de los estadios, sin otro mérito que saber golpear con el pie una bola llena de aire.

ZURDOS DE DERECHAS

ZURDOS DE DERECHAS

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Nada tiene que ver el fenómeno neurológico de la lateralidad con la ideología política, por muchos zurdos que haya de derechas y diestros de izquierdas, gozando estos de honrosa fama por su inoperancia, mientras el único siniestro de derechas que había, presentó su dimisión al ser llamado al Palacio de la Marquesa de la Sonora.

Ponerse a la izquierda del presidente en la Asamblea Nacional Constituyente de la Revolución Francesa, le valió a los diputados de esa zona el título de izquierdistas, galardón que han ostentado con orgullo ellos y sus descendientes ideológicos, sin que en sus filas haya diferente número de zurdos que entre los afiliados en la derecha.

Pero hay zurdos de derechas en la izquierda, no porque manejen la mano izquierda con soltura, sino por jugar al escondite en las listas electorales de la izquierda para ocupar sillones donde hacer política conservadora de derechas, por mucho que levanten el puño y canten la Internacional en los funerales, aunque no hayan compartido nunca el ideario.

Las estadísticas dicen que el 88 % de los mortales somos diestros y solamente el 12 % zurdos, estando mezclados en la misma proporción dentro de los partidos políticos, sin que hasta ahora sepamos los zurdos de izquierda que están en la derecha, aunque tengamos la seguridad que no pasan de tres, descontando el primo de zumosol.

Hace años se dio el extraño caso de un teórico diestro de izquierdas que estuvo camuflado en la derecha engañando a todos, hasta que fue ungido con óleos marianos del santuario monclovita, que lo maridaron al sillón, colmándolo de prepotencia y sobrado poderío, apto para retirar la venda a la justicia y sentar sus cejas en un plato de la balanza, anulando el esfuerzo del pueblo, jueces y abogados, por equilibrarla.

VERSIONES DE LA VIDA

VERSIONES DE LA VIDA

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El origen, estado actual y devenir de la Tierra que habitamos no puede predecirse de manera categórica, única y cierta, porque la respuesta que puede darse depende esencialmente de los conocimientos, ideología y creencias de cada cual, como sucede con la muerte y otros aspectos de la existencia humana, desconocidos para nosotros.

Así ocurre, por la dificultad que tenemos para interpretar los hechos, debido al insuficiente conocimiento que atesoramos sobre nuestra procedencia, sobre la realidad que nos envuelve y sobre el futuro que nos espera, haciendo pensar a muchas personas en seres superiores que explican virtualmente todo, mientras otros vecinos piensan en realidades científicas objetivas o supuestas interpretaciones por evidenciar.

El colectivo de fieles creyentes en divinidades superiores, creadoras y administradoras de vidas, se consuela, gratifica y reconforta con la intervención de poderosos dioses que todo lo explican, desde el subjetivo prisma personal que les lleva a dar crédito a ciertos argumentos que repelen la razón que les ha otorgado el propio todopoderoso creador, que también concede pasaporte para la paradisíaca vida eterna.

En cambio, el grupo de seres racionales descreídos, rechaza aquello que la tradición le presenta como incuestionable, por ser para ellos intelectualmente incomprensible, lógicamente incoherente, ideológicamente desnaturalizado y doctrinalmente contradictorio, dejándose llevar por la ciencia hasta donde esta ha sido capaz de llegar, y absteniéndose de inventar respuestas para lo desconocido que repudien a su razón.

Personas de ambos colectivos conviven a veces en el mismo hogar, o son vecinos, tienen aficiones comunes, disfrutan juntos de la vida o comparten amistad, porque cuando el amor, la tolerancia y el respeto ganan su espacio en las relaciones humanas, los pensamientos divergentes no interfieren en la feliz convivencia de creyentes y descreídos.