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BENZODIAZEPINA PARA LOS ACADÉMICOS

BENZODIAZEPINA PARA LOS ACADÉMICOS

El desencuentro lingüístico entre la vicepresidenta Calvo y los académicos sobre el lenguaje inclusivo, da pie a jugar con el género gramatical sin ánimo de molestar a personos que combaten con radicalidad el tradicional lenguaje sexista, recomendando previamente a quienes dan brillo y esplendor a nuestra lengua desde los sillones académicos de la calle Felipe IV, la ingesta de Clorazepato.

Espero que las miembras rectoras del Ministerio de Igualdad, erradiquen el leguaje no sexista de los textos que redacten, los discursos que pronuncien y las entrevistas que concedan, pero que entiendan este juego como broma que alivie la pesadumbre que padecemos los que contemplamos pacientemente excesos carentes de sentido, lógica y justificación lingüística.

Sin entrar en profundidades gramaticales ni filológicas, preguntamos qué nuevas palabras o palabros, saldrán por la puerta número 33 de la madrileña calle Alcalá. ¿Caballo será caballa o mantendrán yegua? ¿mesa o meso? ¿sillón será sillona o bastará con silla? ¿tendremos persona y persono?; ¿víctima y víctimo? ¿piloto y pilota? ¿modelo y modela? ¿testigo y testiga? ¿otorrino y otorrina? ¿cineasta y cineasto? ¿logopeda y logopedo? ¿militar y militara? ¿portavoz y portavoza? ¿cabo y caba? ¿jurado y jurada? ¿intérprete e intérpreta? ¿miembros y miembras herederas de Aido?

¿Estudiante se duplicará en estudiante y estudianto? ¿cantante, en cantanta y cantanto? Y lo que es peor y puede afectar directamente a ciertos personajes y algunas personajas ¿ignorante, acabará con división entre ignorantas e ignorantos?

Mientras estamos a la espera de lo que venga, conviene recordar lo que le ocurrió al sindicalisto periodisto que fue de turisto con el poeto y el contratisto a escuchar al orquesto formado por pianisto, trompetisto y violinisto, artistos detenidos por un policío que salía del dentisto para ir al masajisto, sin avisar al telefonisto porque el electricisto estaba en el oculisto esperando que el maquinisto dejara de ser machisto.

LIBERTINO CALDERÓN

LIBERTINO CALDERÓN

Calderón

Se cumplen hoy 333 años de la muerte en Madrid de don Pedro Calderón de la Barca que fue ciudadano ilustre, dramaturgo, bachiller, militar, viajero, caballero de la Orden de Santiago, sacerdote, capellán mayor, secretario del duque de Alba, activo cortesano, personaje influyente, protegido del rey Felipe IV y soldado herido en guerra.

Pero también fue Calderón de la Barca un ciudadano juerguista, vecino pendenciero, jugador embebido, noctámbulo libertino y gamberro de mucho cuidado, aunque en los retratos aparezca tan formalito con sobria cara, generoso mostacho, afilada perilla, abundante melena, hábito franciscano y cruz en el pecho.

Todo ello le llevó a la penuria en los últimos años de su vida, pidiendo es su testamento un entierro austero, barato y descubierto por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de su malgastada vida. Fue enterrado seis veces en diferentes lugares hasta que sus restos se perdieron en 1936 porque el párroco de la madrileña iglesia de San Pedro Apóstol murió sin revelar donde los escondió en plena contienda incivil.

Este longevo dramaturgo universal y protagonista de nuestro dorado siglo, se batió de joven a espada, sedujo varias damas, consumió la mitad de la herencia de su padre en tabernas y prostíbulos, perdiendo la otra mitad en juegos de naipes y apuestas de azar, tardando años en complacer el deseo paternal de hacerse sacerdote, cuando las fuerzas no le daban para más.

Pasó por la cárcel acusado de homicidio, tuvo enfrentamientos con Lope de Vega y su vida fue un sueño como la gran obra de teatro que nos dejó haciéndose Segismundo encarcelado en una vida contradictoria, dejándonos como legado 110 comedias, 80 autos sacramentales, muchas loas, numerosos entremeses, obras menores y piezas ocasionales.

CAPRICHOS A 120 km/h

CAPRICHOS A 120 km/h

De las muchas formas que hay de gobernar, destaca por su arbitrariedad el gobierno caprichoso a golpe de decreto o, si se prefiere, el gobierno por decreto a golpe de caprichos. Modalidad que consiste en someter la vida de los ciudadanos a decisiones condicionadas por la dirección que tome el viento en torno a la cabeza de quienes hacen del país, cortijo de recreo.

Si se trata de un sirocazo, su influencia en mentes con pinzas flojas puede tener efectos desoladores en los vecinos, incapaces de comprender decisiones que no tienen pies, ni cabeza, ni tronco, ni extremidades. Es decir, sin cuerpo ni fundamento alguno, producidas por calenturas temporales de mentes seudoprivilegiadas que en momentos de política delirante deciden jugar con los ciudadanos, en lugar de gobernarlos con el respeto que merecen.

Las  monarquías han tenido sus validos sin nombramiento formal, pero con más poder que el propio rey. Ahí está el de Olivares para demostrarlo, hombre de confianza y presidente in pectore para Felipe IV, aunque no fuera más que sumiller de corps, caballerizo mayor y camarero mayor, pretextos para estar en todo momento al lado del monarca y decidir por él.

Pero las cosas han cambiado. En el actual Estado monárquico, el presidente otorga a sus validos ministerios y otras menudencias sin importancia. Concretamente, el profesor de economía del premier tiene en su poder la industria, el turismo, el comercio y la voluntad del patrón, para que éste patrocine sus genialidades.

¿Cómo, si no, se explica el regalo de bombillas de bajo consumo, previo paso por correos? ¿Quién puede entender  el fracaso del plan “vive”? ¿Qué explicación puede darse a los nuevos recibos eléctricos? Y, finalmente, ¿a qué vino la bajada del límite de velocidad, por mucho que el valido se empeñara en justificar el ahorro a base de poner en fila no sé cuántos miles de barriles de petróleo desde Sirio hasta Shaula?

¿Quién hizo el cálculo y cómo lo hizo? ¿Se tuvieron en cuenta las horas de trabajo invertidas en el cambio de pegatinas, su coste de fabricación, el transporte y la energía empleada en ello? ¿Se ha calculado el coste moral y económico que representa volver a la situación de partida del 7 de marzo, a partir del 1 de julio?

Hay más: si la medida tomada ha sido tan saludable que ha permitido en cuatro meses reducir en ¡450 millones de euros! la balanza de pagos, ¿por qué no seguir con ella? Y si no ha sido así ¿por qué ocultar el error cometido?

Y, sobre todo, ¿se ha evaluado el desgaste ciudadano, la indignación y el cansancio de una población harta de que le tomen el pelo, como han puesto en evidencia todas las encuestas relativas a tan caprichoso decreto?