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Etiqueta: estética

SANTA CENA DEL JUEVES

SANTA CENA DEL JUEVES

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Vale la pena evocar la liturgia del Jueves Santo sólo por recordar el cuadro de la última cena que Leonardo nos dejó sobre la pared del  refectorio del convento dominico milanés de Santa Maria delle Grazie, donde la paz ilumina el sentimiento y la luz que se filtra por las ventanas pone notas musicales dulcificando el espíritu.

Nunca tuve sensación más placentera ante un cuadro como aquel mediodía estival en que accedí al comedor donde se encuentra la escena, quedando boquiabierto, mudo y sin respuesta, ante lo que presenciaban mis ojos, con asombro de belleza estética desconocida hasta entonces.

Dicen que la histórica cena evocada en el cuadro de Da Vinci tuvo lugar un miércoles, pero ningún cronista de la época nos ha dicho qué alimentos fueron manducados en ella ni el vino libado en la misma. Cabe suponer que seguirían la tradición judía degustando cordero puro y del año acompañado de pan y regado con vino, intercalado todo ello con amena tertulia y discurso de sobremesa.

De haber sido ese el menú, no faltamos a la verdad diciendo que fue una cena poco dietética y pesada, que exigiría después – como así fue – un paseo por el Monte de los Olivos para ayudar digerirla, donde al parecer pasó todo lo que dijeron los evangelista que pasó, confirmado por San Pablo a los corintios muchos años después.

En cambio, lo que sí se nos aclara, para sorpresa general, es que no se lavaron los comensales las manos antes de cenar, sino los pies. Fue el Mesías quien aseó las extremidades inferiores de sus seguidores para que aprendieran a hacerlo y lo repitieran entre ellos cuando Él no estuviera.

También ignoramos todo lo que hablaron durante la colación, pero las noticias que nos han llegado confirman que hubo despedidas, preaviso de traición de Judas, anticipo de negación de Pedro y encomienda del líder a sus seguidores para que repitieran el increíble milagro de transformar el pan en carne del paladín del amor, y el vino – tinto, claro – en su sangre, advirtiéndoles que no hicieran ascos a sus órdenes ni pensaran que trataba de canibalizarlos ni vampirizarlos porque era algo simbólico, ya que el pan mantendría su sabor ácimo y el vino conservaría su bouquet.

Sea como fuere, el Maestro pidió a sus seguidores sin reparos que repitieran la cena durante siglos y siglos, cuantas veces fuera posible en memoria suya, porque en el pan comerían su cuerpo y en el vino libarían su sangre. ¡….! Creando así el rito cristiano de “Acción de gracias” que los griegos llaman Eucharistia y los católicos “Sacramento del sacrificio del cuerpo y la sangre de Jesucristo”.

CARTA A UNA MUJER CON VERDOR PERENNE

CARTA A UNA MUJER CON VERDOR PERENNE

Unknown

Nostálgica amiga:

Te escribo para cerrar la conversación que abrimos hace días, cuando me manifestabas tu desconsuelo por el deterioro físico que los años habían provocado en tu piel, surcada por arrugas como desfiladeros, “código de barras” sobre el labio y patas de gallo avencindadas en tus ojos.

No te alarmes, mujer. Si la mano diáfana de Venus agita el péndulo del reloj y cruza las saetas de su esfera en la aurora azul del venero inagotable, es porque años nuevos te esperan para contemplar la chispa que destella en el reflejo silvestre del iris inmaculado, donde la edad no llega.

La esperanza abrirá un espacio en el surco de la frente que coronará de nuevo el azahar y el espíritu vivificador deportará las arrugas al soplo del viento enamorado, si mantienes el blanco aliento de inviernos titilantes en convivencia amorosa con verdes primaveras.

Lucha por el dominio de la seda cenicienta sobre el brochazo áspero de la irredimible melancolía y no permitas que el otoño remonte el vuelo sin llevar contigo un ramillete de esperanzas, ni que la negrura cuaresmal de tu vida se sobreponga a la festiva alegría del adviento que te espera.

Evita que la altivez profana de los calendarios se cuele de rondón en tus horas bajas, haciendo que los flecos deshilachados de humo negro rompan la estética de los manantiales, y conseguirás que en ellos se aloje el renacimiento de la vida que te espera cada amanecer junto a las flores de tu balcón.

¿No me crees, amiga? Pues entonces presta atención a los vidrios refulgentes que custodian los racimos, ahogando en el fruto de las vides el esfuerzo inútil de las grietas por alojarse en la piel de las uvas, y evitarás aturdirte el día que el armiño descienda de las cumbres a sus sienes juveniles.

Pero no te preocupes, mujer: el rostro que conquista la pupila enamorada, es invencible y a ti te sobran pretextos para el amor.

ESTAMPIDA

ESTAMPIDA

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El bochornoso espectáculo ofrecido por nuestros padres políticos, saliendo en estampida del Congreso de Borregistán, como chiquillos al recreo o animales huyendo del fuego, sin levantarse la sesión ni confirmarse el resultado de la votación, no es más que el reflejo de la poca estética política de nuestros diputados, que no puede redimirse con las trampas dialécticas que han utilizado para justificar tan lamentable escapada.

A nadie se niega el deseo de regresar a casa y estar con la familia, pero el respeto al Parlamento y a los ciudadanos exige a los diputados cumplir formalidades que no pueden eludirse diciendo que ya se había trabajado bastante durante el día o que se perdía un tren o un avión, para justificar los empujones y las carreras hacia la puerta de salida.

Es una cuestión de ética política, estética social, buen gusto, respeto al pueblo y compromiso informativo, que los diputados obviaron en la jornada donde se aprobó el fraudulento e inmerecido castigo a todos los santos jubilados, que indignados apagaron los televisores al ver que los diputados huían a uña de caballo por los pasillos, con un descaro impropio de quienes viven a costa nuestra.

Esperpéntica imagen que algunos han querido justificar de manera injustificable, como el arrogante sindicalista de izquierdas Joan Coscubiela, diciendo: «Cuando he terminado mi trabajo tengo derecho a volver a casa como me apetezca». Y tiene razón en lo de volver a casa como quiera, pero no cuando quiera, y siempre después de terminar su trabajo, no antes de que se levante la sesión y sin dar las explicaciones pertinentes, que no son pérdida de avión ni derecho a dormir con su familia, que nadie le niega.

El espíritu infantil que anida en nosotros nos invita a pensar que tal vez huyeron en desbandada por remordimiento de conciencia. Pero si todos llegaron con tiempo al avión de Air Europa o al tren de Renfe, deben saber que en la estampida perdieron el vuelo del honor y el tren de la vergüenza, el respeto, la educación y el compromiso ciudadano.

OBRAS DE INMISERICORDIA

OBRAS DE INMISERICORDIA

Unknown

El problema que tenemos en España no es de recesión económica, ni de contaminación política, ni de usura bancaria, ni de dominio financiero, sino de quiebra de valores humanos, fragmentados por ambiciones, estafas, corruptelas y politiquerías de diferente especie, siendo la crisis que nos atenaza la consecuencia directa de la codicia imparable ejercida por una selecta minoría.

Estamos asistiendo a una perversión moral, ética y estética que amenaza con devastarlo todo, sin dejar piedra sobre piedra, ni títere con cabeza, porque estamos en manos de un poderoso grupito de titiriteros morales y trileros, que juegan con el futuro de la gran mayoría de ciudadanos.

El catecismo social de la crisis nos propone estafar la vecino, engañar al que no sabe, aplaudir al sinvergüenza, quitar el pan al hambriento, beber el agua del sediento, desahuciar al peregrino, redimir al explotador, despreciar al marginado, indultar al tramposo, votar al corrupto, desnudar al vestido, expulsar al inmigrante y quitarle la venda a la justicia para que el desfile interminable de porquería y podredumbre ocupe un lugar privilegiado en la vida social.

Se nos va el tiempo y las fuerzas en ver a millonarios futbolistas dar patadas a un balón, en vez de dar nosotros millones de patadas a cuanto nos impide salir del lodazal en que estamos sumergidos, sin posibilidad de liberarnos de las arenas movedizas que nos acabarán engullendo, como no formemos una cadena solidaria para salvarnos.

Es hora de abandonar politiquerías de izquierdas y derechas. Es hora de entendernos incrédulos y creyentes. Es hora de unirnos todos los colorines de razas y culturas. Es hora de formar bloque contra ese pequeño grupo que se beneficia de nuestra dispersión, haciéndonos comulgar con indigeribles ruedas de molino, para que el peso nos impida levantar el vuelo.

DISCIPLINA DE PARTIDO

DISCIPLINA DE PARTIDO

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La disciplina se refiere a la doctrina o instrucción de una persona, especialmente en lo moral, que afecta sobre todo a la milicia y los estados eclesiásticos secular y regular, incorporándose en los últimos años una nueva acepción de disciplina relacionada con la política interna de los partidos, algo que traducido al Román Paladino significa: ver, oír, callar y esperar el turno.

Las encuestas del CIS reflejan que gran parte de ciudadanos mantenemos opinión negativa y desconfianza hacia los políticos, en unos casos por la corrupción directa que practican algunos de ellos; en otros, por la complicidad de muchos con los sinvergüenzas; y en el tercer caso, por el silencio que guardan la mayoría de militantes ante la mierda que pasa por delante de ellos, apelando a una detestable disciplina de partido y falsa solidaridad con los depredadores.

Los honrados ciudadanos entendemos por disciplina de partido la obediencia a la doctrina ideológica y a sus dirigentes en materias que afecten al buen funcionamiento de la organización, como es el estricto cumplimiento del ideario que sostiene el partido, la asunción de responsabilidades internas, la realización de actividades complementarias, la ejecución de tareas no complacientes, la sustitución de compañeros cuando éstos no pueden cumplir sus obligaciones o la realización de sacrificios personales por el partido, entre otras.

Pero no puede aceptarse la confusión partidista entre disciplina y complicidad; disciplina y sacrificio de conciencia; disciplina y silencio; disciplina y cierre de filas protectoras de corruptelas; disciplina y mentiras prefabricadas; disciplina y bunkerización antiética; disciplina y malversación ideológica; disciplina y brochazos a la estética social; disciplina y cinismo institucionalizado.

La verdadera disciplina de partido no mutila el ideario del mismo, sino que lo engrandece. La auténtica disciplina de partido no daña la imagen de la organización, sino que la refuerza. La legítima disciplina de partido no resquebraja los cimientos de su estructura, sino que los fortalece. La genuina disciplina de partido no conculca derechos de los militantes, sino que los guarnece.

Por eso, no se comprende lo que sucede en el interior de los partidos dominados por una ley del silencio inquisitorial; apadrinados por falsa solidaridad; y sometidos a una abyecta complicidad, que sólo beneficia a los sinvergüenzas encubiertos y protegidos por los miembros de la organización. Nada de esto se comprende, salvo que todos ellos estén salpicados por la mierda.

UNAMUNO, POETA SENTIDOR

UNAMUNO, POETA SENTIDOR

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Fibrosa, sobria, macerada y profunda es la poesía de Unamuno, opuesta a estilos aterciopelados y condimentos estéticos. Poesía parda, dura y terrosa con sabor a estepa castellana diluida en verdores de montes bilbaínos. Lengua de fuego atormentada por el misterio que salmodia en la noche, harto de buscar los ecos de la imposible epifanía.

La poesía del vasco-salmantino no puede ser aprehendida por carecer de término, límite o frontera. No sabe de raza, religión, lengua o patria, pues nace del sentimiento para hacerse universal patrimonio común en medio del mundo cotidiano, versificando cuanto hay de sagrado en la tierra. Por ello, no encuentra Unamuno poesía donde no haya pasión, donde no haya cuerpo y carne de dolor humano que sufre o se complace; donde no haya lágrimas de sangre o dicha del alma que sostengan los versos.

No siega don Miguel ni un solo verso de su obra, ni expurga el más torpe endecasílabo que sale de su pluma. No recorta estrofas ni selecciona contenidos. La vierte toda sin mutilaciones. Íntegra, según del corazón le brota, porque a todo hijo que nace de su alma le da cabida en las páginas, sin predilecciones ni escamoteos, sobreponiendo la sinceridad a la estética.

Este hombre agónico en su lucha por la verdad, vierte su alma en estrofas descarnadas, donde fluye deliberadamente su perpetuo anhelo de perduración, su vocación de vida eterna, sin hallar respuesta a la imposible resurrección en medio de la vida, donde se alza orgulloso él mismo, como árbol solitario, desafiándolo todo.

En cada poema se detiene el tiempo acotando el espacio como si de un autorretrato se tratara, todos ellos hijos predilectos de su alma. Obra poética como dietario vital. Resumen de larga vida envuelta en agónica existencia, donde podemos ver las dudas, esperanzas y lágrimas, de este poeta sentidor.