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Etiqueta: curas

CASTOS Y CASTA

CASTOS Y CASTA

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La generalización es antesala del error, pues no todos los curas son pederastas, ni todos los jueces mercaderes de escalafón, ni todos los funcionarios gandules, ni todos los gitanos trileros, ni todos los políticos forman parte de la casta aunque la mayoría sean “castizos”, muchos desciendan de linajes casticeros heredados y todos formen una privilegiada especie singular, separada del resto de los mortales.

Dentro de la casta en la que algunos pretenden meter a todos ellos, conviene distinguir los castos políticos de la casta indecente de politiqueros, porque nada tienen en común unos con otros, aunque los primeros callen y no sean capaces de enviar a los segundos a las tinieblas donde solo escuchen su propio llanto y el crujir de sus dientes.

Forman los políticos castos un pequeño sector necesario en la sociedad, siendo la esperanza de los ciudadanos que estos no se adulteren con gandulería, incompetencia, prebendas y favores, disfrutando solamente del honroso y excepcional privilegio de servir a los ciudadanos, por su mayor capacidad para gestionar la comunidad en la que viven.

Es, pues, obligación de los votantes evitar que la casta ocupe poltronas, dando paso a castos políticos dispuestos a dignificar la vida pública, vengan de donde vengan, porque también merecen una oportunidad quienes no han tenido ocasión de mostrar la «castidad», aunque su inexperiencia no les inmunidad contra el adulterio político.

IGLESIA, IGLesia e iglesia

IGLESIA, IGLesia e iglesia

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Hace 2014 años que Jesucristo vino al mundo para redimir a los pobres y fundar sobre Pedro su iglesia, con intención de que esta fuera única, pero no ha sido así. Desde que los cristianos salieron de las catacumbas y el emperador Constantino los legalizó en el año 313, comenzaron a aparecer tres iglesias muy diferentes en comportamientos y actitudes.

No hay palabra en el diccionario que distancie tanto las acepciones de un término como sucede con la voz “iglesia”, pues las definiciones que corresponden a cada una de ellas divergen de tal forma que cada día están más alejadas una de otra, sin posibilidad de encontrarse jamás, como ha sucedido en los veinte siglos que llevamos de cristianismo, a pesar de los tímidos esfuerzos que está haciendo el regente Francisco por enlazarlas.

La IGLESIA entendida como estructura político-religiosa jerarquizada, es decir, gobierno eclesiástico general con el Sumo Pontífice a la cabeza, los cardenales detrás, prelados más abajo y curas a ras de tierra, nada tiene que ver con la iglesia formada por los fieles seguidores del hijo del carpintero que pierden su vida al servicio de los demás, ni esta con  la IGLesia de los falsos católicos que aspiran a ganar la felicidad eterna a base de cínicos golpes de pecho.

Las corruptelas, mafias, asesinatos, estafas y contubernios autárquicos de la machista IGLESIA de los regidores, descritas por la historia a lo largo de los siglos, nada tiene que ver con la sencilla grey de Dios unida en comunión fraternal basada en el amor de la iglesia, aunque entre ellos pretendan colarse los que forman parte de la IGLesia que se santigua con la  mano derecha y esquilma al vecino con la izquierda.

La intolerancia, dogmatismo, prepotencia y codicia de la IGLESIA jerárquica contrasta con la flexibilidad, entrega, humildad y generosidad del pueblo de Dios que hace iglesia practicando el amor fraterno, la entrega al pobre y la redención del oprimido, ofreciendo comida al hambriento, vistiendo al desnudo, consolando al enfermo, liberando al oprimido y dando la cara en las manifestaciones, mientras los jerarcas toman chocolate con churros en casa de los poderosos que forman parte de la IGLesia y bendicen con agua maldita a sus acompañantes.