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Etiqueta: bisutería

SOLEDAD SOÑADA

SOLEDAD SOÑADA

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La carencia involuntaria o voluntaria de compañía es lo que distingue la negra soledad de la soledad soñada, siendo la primera hermana del desamor y la segunda inspiración amorosa, sin que ambas exijan necesariamente el enamoramiento de otra persona, pues la propia vida es objeto de amor, igual que la belleza, el perdón, la paz o la amistad.

Sea cual fuere la soledad prendida, esta es siempre personal e intransferible, tanto en la dicha y como en el infortunio, pero la soledad soñada elige los destinatarios donde se hospeda, exigiendo especiales condiciones de alojamiento para acampar en el alma que demanda su presencia.

Este aislamiento emocional pide sosiego de espíritu, amor sin cautela, serenidad de ánimo, entrañable recuerdo, nostalgia redentora y corazón abierto a la felicidad que reporta el silencio recogido, la calma alentadora, el alejamiento de la prisa, la ceguera del artificio y el destierro de la bisutería, para acercarse de puntillas a la penumbra de una vela encendida, a la música estremecida y a los pétalos verdecidos.

La soledad soñada no necesita luz, ni reverso de imagen en el espejo, ni sombra de pensamiento, porque le basta seguir el rastro del amor para embargar espíritus con irremediable dicha, alzando puentes levadizos hacia el nuevo mundo que espera tras la huida del bullicio, recuperando el estado basal donde se encontraba la vida antes de partir hacia la agitación anímica.

SEUDOCRACIA CAPITALISTA

SEUDOCRACIA CAPITALISTA

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Los hechos que se están produciendo en los últimos años demuestran una incompatibilidad manifiesta entre capitalismo y democracia, aunque teóricos atufados por ilusiones ópticas políticas digan lo contrario y algunos países con pedigrí de autenticidad democrática ocupen posiciones destacadas en el ranking de países capitalistas.

La poderosa influencia del mundo financiero en las decisiones gubernamentales, evidencia de manera clara y contundente que no es el pueblo quien ejerce la soberanía como predicen las reglas de la democracia, sino los mercados financieros que marcan el rumbo a seguir en los países, porque el mundo se encuentra en manos del más voraz capitalismo.

La lista de los milmillonarios que publica la revista Forbes nos permite ver que 1.426 milmillonarios acumulan un patrimonio de ¡5,4 billones de dólares! Algo que contrasta con el informe de la FAO de 2012, donde se denuncia que un 12,5% de la población mundial, correspondiente a ¡870 millones de personas! no tienen un mendrugo de pan que llevarse a la boca. Esto no sucedería si realmente el pueblo gobernara su destino en un mundo verdaderamente democrático.

En estos años de crueles recortes a la población, dictados por el mundo financiero, los sacrificios derivados de la política de austeridad no han llamado a la puerta de las 210.000 personas que han incrementado la lista de los ricos con 800.000 millones de dólares en el último año, constatando que capitalismo y democracia van por caminos diferentes. A esto se añade el informe de la Organización Internacional del Trabajo anunciando que la tasa de paro en el mundo se incrementará en 5,1 millones de parados, llegando a 205 millones en 2014.

Ante el fracaso democrático provocado por el capitalismo financiero globalizado, tenemos que sublevarnos los ciudadanos para llevar la democracia a sus orígenes, devolviendo al pueblo el poder usurpado por las élites económicas que rigen la vida ciudadana en falsas democracias de teatro, escaparate y bisutería.

INDEMNIZACIONES CIUDADANAS

INDEMNIZACIONES CIUDADANAS

Con más mérito que los aterciopelados usureros bancarios y políticos de bisutería, reclamamos los ciudadanos las indemnizaciones personales que nos corresponden, tras oírle decir a un popularísimo dirigente popular que tales concesiones sólo se otorgan a directores de empresa, consejeros de entidades bancarias y dirigentes políticos de alta gama.

Este desvergonzado politiquero desconoce la hermosa leyenda medieval de Gonzalo Fernández, cuando el católico Fernando exigió cuentas al de Córdoba, y éste le remitió la factura detallada con la misma indignación que reclamamos, siglos después, las siguientes indemnizaciones a cada ciudadano:

Por pañuelos gastados en enjugar lágrimas de impotencia al ver incompetentes depredadores en Cajas de Ahorro cobrar sueldos e indemnizaciones insultantes: solicitamos un millón de euros.

Por vendajes y cicatrizantes para curar heridas en las palmas de las manos de tanto apretar los puños ante las injusticias sociales, económicas y políticas: requerimos dos millones de euros.

Por antiinflamatorios para gargantas desgastadas y rotas de tanto gritar en las manifestaciones tras de las pancartas, sin ser escuchados: pedimos millón y medio de euros.

Por empapaderas para recoger las secreciones de pesadillas nocturnas y el sudor de los trabajadores que nutre las cuentas corrientes de los patrones: demandamos cinco millones de euros.

Por trajes protectores contra porrazos indiscriminados, arrastres por el suelo y pelotazos de goma disparados contra el pueblo indefenso: queremos tres millones de euros.

Y por la resignada paciencia de bueyes mansos con que toleramos los ciudadanos el hundimiento de la economía doméstica y el humillante paro, mientras políticos, banqueros, defraudadores, corruptos y usureros, mantienen sus privilegios, ingresos y beneficios: exigimos doscientos millones de euros.

Estas indemnizaciones pedimos, y sabed gestores de nuestro patrimonio, que nos sobra sangre para reclamarlas.