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Etiqueta: armisticios

LA PAZ SIGUE MERECIENDO UNA OPORTUNIDAD

LA PAZ SIGUE MERECIENDO UNA OPORTUNIDAD

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En plenas fiestas navideñas, desbordantes de felicitaciones y buenos propósitos, entre los que se incluye desear paz a los hombres de buena voluntad, vamos a desearle también paz a los malignos, con la esperanza de que se reconviertan y entre todos podamos darle a la paz la oportunidad que lleva esperando desde minutos después que Adan y Eva mordieran la manzana.

Cuando la envidia de Caín dio muerte a su hermano Abel, se hizo realidad la maldición bíblica contra la humanidad, ocupada desde entonces en regar de cadáveres la tierra, sin atender los gritos desgañitados pidiendo la paz, incluso cantando como hizo Lennon en 1971, sin que los matarifes se hayan dado por enterados, conscientes de que a sus despachos no llegarán nunca los disparos porque son ellos quienes manipulan los botones de guerra desde vesánicas poltronas.

Conseguida la paz en las trincheras, una vez silenciados los fusiles, neutralizadas las bombas y desactivados los misiles, se firman cínicos tratados de falsa pacificación preludio de interminables guerras frías, semejantes a mortales arenas movedizas que engullen derechos ciudadanos y condenan a la miseria pueblos enteros, a quienes no llega nunca la paz verdadera, sincera y duradera, que anhelamos las personas de bien.

Una paz que roce el corazón de todos los hombres con un soplo de amor comprometido hasta la médula con los derechos humanos que se conculcan impunemente tras la firmas de los armisticios, con un cinismo que espanta el sentido común y evidencia el silencio cobarde de quienes contemplan el exterminio, convencidos de que a ellos no ha de llegarles nunca el turno en la cola que todos hacemos a la puerta de la morgue social.

Estamos obligados a darle definitivamente una oportunidad a la paz universal. Es tiempo de vendimiar y brindar juntos por una paz que agite el alma de todos los seres humanos, respete los derechos fundamentales, lleve pan a toda las mesas y facilite digno empleo a todos los trabajadores. Una paz que llegue hasta el más oculto y desconocido rincón del planeta. Que llegue a la humanidad entera sin distinción alguna ni discriminación entre los seres humanos. Una paz que serene nuestras vidas, en la que nadie quede excluido porque mientras haya un ser humano quijada en mano, la asustadiza paloma de la paz no se acercará a nosotros con una ramita de olivo en el pico.

LA REDENCIÓN ES POSIBLE

LA REDENCIÓN ES POSIBLE

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He cabalgado en sueños sobre frágiles monturas hacia quimeras inalcanzables, esquivando certidumbres, venciendo dudas y contraviniendo preceptos grabados a fuego en páginas de la infancia, sin pretender otra cosa que dejarme envolver por historias empedradas en la realidad del camino recorrido, acompañado de mi sombra en el espejo.

Galopando en jornadas interminables sobre leyes, tratados, catecismos, armisticios y contratos, llegue a tiempo para asistir a los desposorios enlutados de los porqueros con el estiércol, sin poder evitar que la miseria moral apadrinara este maridaje, haciendo de la corrupción, costumbre.

Pero aún queda tiempo para la redención si todos tomamos el látigo evangélico colgado en el perchero de la civilización cristiana y expulsamos a cinturazos del templo social a los mercaderes de la vida, sin darles tiempo a recibir inmerecidas bendiciones indulgentes en las urnas.

Verdearán entonces las fachadas institucionales, brotaran flores en las mesas de los despachos, crecerá la hierba en las alfombras y la moral tendrá su espacio en los sillones, la ética colectiva abandonará su destierro y cabalgaremos juntos hacia la luz sin descuideros que nos roben el futuro, rateros de guante albino, embaucadores de feria, explotadores de oficio, depredadores sin escrúpulos, especuladores de la miseria y trileros que mienten como bellacos de bellota.