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Etiqueta: Ana Botella

¿ SENTIRÁN VERGÜENZA ?

¿ SENTIRÁN VERGÜENZA ?

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Me preguntaba ayer un amigo si Xavier Trias, Ana Botella y Rita Barberá sentirían vergüenza al ver que han estado llevándose de la hucha que llenamos los demás un sueldazo asignado por ellos mismos, varias veces superior al que se han autoimpuesto Ada Colau, Manuela Carmena y Joan Ribó, por hacer las mismas funciones y asumir idénticas responsabilidades.

Mi respuesta fue que el castizo alcalde y las populares alcaldesas no han sentido el menor pudor ni cargo de mala conciencia, por esa estafa disfrazada con una legalidad impuesta por ellos mismos en los reglamentos internos municipales y en decisiones tomadas por la mayoría dominada por él y ellas.

Tampoco creo que su cara de cemento armado sufra rasguño alguno por la incompetencia demostrada al necesitar cientos de asesores para su gestión, cuando los sucesores prescinde de la mayoría de ellos, empleando el dinero que se llevaban los amigos chupaeuros, en asuntos que benefician directamente a los ciudadanos.

Algo se mueve, amigos, cuando el coche oficial y chófer usado por el alcalde y las alcaldesas cesantes para ir a la peluquería y a fiestas privadas en hoteles de lujo que pagábamos todos, ha quedado aparcado en el garaje, y los nuevos jefes van al trabajo andando, en metro o bicicleta.

Algo se mueve, amigos, cuando se declara públicamente la vocación de servicio a la comunidad, se paran desahucios, se pide trato familiar con ellos y se pretenden cambiar las paredes de granito en los ayuntamientos por mamparas de cristal para que los vecinos podamos ver qué hacen los gestores con el dinero que les entregamos.

Eso sí, que se anden con cuidado los nuevos ediles porque el día que dejen la bici, el Metro o no paren un desahucio, serán acusados de demagogos, farsantes y cínicos, por quienes permanecen impasibles ante la salvaje corrupción que pasa delante de ellos, haciendo realidad aquella broma del Perich exigiéndoles que no denuncien las vigas que vean en ojos ajenos porque los perdedores les recordarán que en los suyos tienen una paja.

LA OTRA «I» DE SEGISMUNDA

LA OTRA «I» DE SEGISMUNDA

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Cuando los dirigentes políticos se rodean de amiguetes incultos, incapaces, incompetentes e ignorantes, en lugar de buscar personas cultas, capaces, competentes y formadas, ocurre lo que le ha sucedido a la señora Botella en su último acto institucional como alcaldesa madrileña, al colocar una placa sobre el sepulcro de Cervantes, donde figuraba una frase de su obra “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”. No, perdón, de “Segismunda”, en opinión del cultureta de turno, sea este promotor o receptor.

No ha encontrado mejor forma doña Ana Botella para abandonar la alcaldía por la puerta de atrás, que hacerlo con esta grave negligencia, porque es ella la culpable y responsable de la vergonzosa desculturización exhibida. Culpable por su elección del sabio colaborador que tomó la decisión de cambiar el texto enviado por la RAE o no vio el error de la Academia; y responsable, sin castigo penal pero sí político, porque tenía la obligación de revisar la placa antes de inaugurar el sepulcro.

Cervantes no descansará en su nuevo albergue terrenal en la iglesia de San Ildefonso del Convento madrileño de las Trinitarias, mientras su entrañable y querida Sigismunda no recupere su puesto en el título de la obra más querida por el autor, por encima de su afecto al caballero de la Mancha.

Patético resulta leer los discursos de los asistentes al acto, elogiando la obra de un escritor desconocido para todos los panegeristas allí presentes, que consiguieron hacer retemblar los restos de Cervantes en su refugio.

FUNERAL POR EL TRABAJO

FUNERAL POR EL TRABAJO

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La tradicional “fiesta del trabajo” que se ha conmemorado durante tantos años, amenaza con transformarse en “funeral del trabajo”, por obra y gracia de leyes laborales devastadoras, a las que se han sumado depredadores patronales, esquilmadores de la hacienda pública, “cajeros” desvalijadores de cajas, despilfarradores que han gastado en salvas populistas el erario público y defraudadores con cuentas en paraísos fiscales.

A todos ellos hay que agradecerles el deshonroso honor que tenemos los españoles de ocupar junto a Grecia la cabecera estadística de ciudadanos desempleados, muchos de los cuales ven el futuro tan negro como la boca de la mina social que los lleva al enterramiento laboral sin redención posible.

Ruina laboral de difícil recuperación, salvo que las vírgenes de la Paloma y Rocío nos ayuden, atendiendo los ruegos y plegarias de las señoras Botella y Báñez, aunque interfieran ante el Hacedor Santa Ana y la virgen de Fátima por ser abandonadas en segundo plano, a pesar de darle nombre a la alcaldesa y ministra.

Procesionemos, pues, en la fiesta del trabajo con un cirio en la mano y luto en la solapa, pero armados de esperanza en que pronto asistiremos a los funerales por la reforma laboral, aplaudiremos la condena a galeras de los culpables de la crisis y nos alegraremos con la fumigación política de todos los seres humanos dañinos para especie que representan, porque en las santas urnas está la redención.

VERGÜENZA AJENA

VERGÜENZA AJENA

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En ocasiones sentimos vergüenza por la desvergüenza que algunos exhiben públicamente sin vergüenza alguna, con cara de cemento armado, descarada sonrisa y torpes gestos, mientras pronuncian palabras inoportunas como respuesta a preguntas inexistentes que flotan en el limbo de su mente, acompañando a la única neurona perdida que hace eco en su cerebro.

Los de provincias sufrimos bochorno con los balbuceos verbales de nuestra compatriota en el estrado. Las personas serias, honradas y capaces del Partido Popular madrileño se sonrojaron con la actitud de su compañera de filas. Y los madrileños están recuperándose de la vergüenza que pasaron al ver el ridículo tan espantoso que hizo su representante en la rueda de prensa ante los medios de comunicación mundiales, para convencer al COI de que Madrid se merece los Juegos Olímpicos de 2020.

Fue penoso ver a nuestra abanderada hacer uso de los cascos de traducción cuando preguntaban en castellano los periodistas y quitárselos ante las preguntas de reporteros ingleses, pretendiendo mostrar unos conocimientos del idioma anglosajón que no tiene, como evidenció con la respuesta que dio a la pregunta formulada por un periodista inglés, ajena totalmente a la cuestión planteada por el interrogador.

Decir que Madrid tiene la mayor parte de accesos, edificios, pistas, auditorios, etc. puestos en marcha, no responde a la pregunta de si el país está en condiciones de preparar eventos deportivos de la magnitud de unos Juegos Olímpicos, con una tasa del 26 % de parados que deambulan por las calles madrileñas, de contenedor en contenedor, con la desesperación a cuestas, el estómago vacío y la indignación en el alma.

Tampoco merece disculpa la poca atención y escasa memoria de doña Ana Botella, que comenzó su respuesta afirmando que el 80% de las infraestructuras ya estaban levantadas, para terminar asegurando que el 90 % de las mismas estaban en marcha, provocando la sonrisa de propios y extraños, ante la imdiferencia de la alcaldesa.

Conseguir en un minuto aparentar un dominio inexistente del idioma inglés, no responder a las preguntas y falsear datos estadísticos sobre la realidad, merece felicitación pública por batir el record olímpico en desvergüenza, sin necesidad de pisar la pista ni competir con la sabiduría, prudencia, humildad y talento, necesarios para convencer al COI de que merecemos los Juegos Olímpicos de 2020.

CLASE DE CULTURA POLÍTICA DESPRECIABLE

CLASE DE CULTURA POLÍTICA DESPRECIABLE

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Es conocido por todos que el saber no ocupa lugar en las estanterías mentales, que las enseñanzas no tienen precio dado su alto valor y que el aprendizaje es inagotable porque como dice el castellano refrán “no te acostarás sin saber una cosa más”.

Eso nos ha ocurrido a muchos ciudadanos que ayer asistimos como televidentes a la clase privada de política parda que el antiguo alcalde de Madrid, ¿señor? Álvarez del Manzano dio a novicia Ana Botella, para exculparse de los doce mil euros en clases de golf que pagó el Consistorio madrileño al matrimonio Aznar.

Es difícil encontrar una frase que defina de forma tan clara y contundente la situación actual de mentira institucional y corrupción moral dominante en la clase política española como la pronunciada por Manzano, aconsejando a Botella lo que debía hacer ante el abuso cometido: “Tú di que eso es falso”.

Algo que traducido al lenguaje ciudadano sería: «Miente, Ana, que no te pasará nada aunque se descubra la verdad porque estos son imbéciles, tu impunidad está garantizada, nadie va a denunciarte, los tribunales carecen de pruebas y la dimisión no está contemplada en nuestro código antiético político».

Al ver caer el manzanazo inmoral del señor Manzano, Newton no hubiera propuesto la Ley de Gravitación Universal,  sino la del Éxito Político con Mentiras, cuyo enunciado sería: “Los políticos y los cargos públicos se atraen con una fuerza que es directamente proporcional a las mentiras pronunciadas e inversamente proporcional a la inteligencia de los votantes”, es decir, el cargo público será tanto mayor cuanto mayor sea el engaño y menor el entendimiento colectivo.

FRUSLERÍAS POLÍTICAS

FRUSLERÍAS POLÍTICAS

Enturbia el ánimo, pero refresca el humor, dar una vuelta por las hemerotecas donde se guardan bagatelas políticas sin desperdicio, que son verdaderas perlas que regocijan el espíritu y alivian la mortificación en tiempos de cuaresma.


Fue la generosidad de don Eduardo Zaplana responsable de que este político declarara a un amigo: “Estoy en política para forrarme”. Lo que no está claro es si se ha forrado mucho, muchísimo o más todavía.

El presidente Zapatero tuvo la amabilidad de decirle al pueblo que gobernaba debajo de sus angulares cejas, que el precio de un café eran ¡80 céntimos!, sin decirnos en casa de quién le cobraban ese dinero cuando le invitaban.

A doctorazo Federico Trillo, especialista en catástrofes aéreas, se le ocurrió gritar “¡Viva Honduras!”, cuando terminó un acto institucional en El Salvador, sin pudor personal ni perder un solo pelo de vergüenza política.

La “miembra” del PSOE, Bibiana Aido, disfruta de un exilio platinado paseando con botas y minifalda por las calles de Nueva York, en ventajosa y desigual situación con las chicas de su edad, sin dar explicación alguna.

La alcaldesa de Madrid dio una lección de genética homosexual al pueblo ignorante, diciendo: “Si se suman una manzana y una pera nunca pueden dar dos manzanas”. Es obvio, porque lo que da es una botella vacía.

El «hombre» de la anterior señora declaró públicamente que a él le gustaba “la mujer, mujer”, sin molestarse en explicar a los ciudadanos qué quiso decir con tan machota tautología, un machote como él.

A José Blanco debemos agradecerle que diera vida nueva a las paradojas unamunianas, declarando: “Hay mucha gente que no sabe de qué habla. Yo, como sé de qué hablo, me callo”. ¡Manda huevos, que diría el supernumerario!

El actual presidente de Gobierno padeció en tiempos de sequía una preocupante confusión mental transitoria que le llevó a decir: “ETA es una gran nación”, para hacernos olvidar los “hilillos del Prestige”.

Josep Lluis Carod Rovira corrigió en televisión española a un español, diciéndole que no se llamaba José Luis, pero que había  viajado mucho a Bruselas, y alguien le gritó “¡Bruxelles, paisano, Bruxelles!”.