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Día: 10 de julio de 2013

NUEVO ABUSO POLÍTICO

NUEVO ABUSO POLÍTICO

Unknown

Hacer mal uso de algo, utilizándolo de forma excesiva, injusta o indebida, es abusar de quienes sufren las consecuencias de esa mala utilización. Es decir, que si un político hace mal uso del dinero que pertenece al pueblo, está abusando del poder que los ciudadanos le otorgan en las urnas, y merece castigo por ello, aunque una coraza de impunidad le libre de la sanción.

Ha sido mucho el despilfarro institucional habido durante años y excesiva la potestad de los políticos para disparar con pólvora ajena, meter la mano en la caja común, malversar fondos públicos y abusar de la democracia hasta pervertirla, convirtiéndola en una meretriz vendida al mejor corruptor.

La noticia que ha rodado desde Sevilla al cabo de Creus, pasando por Peñas, Finisterre y Tarifa, hasta terminar en Gata, ha dejado a los ciudadanos honrados sin aliento ni capacidad de respuesta, al enterarse que la Junta de Andalucía va a pagar la defensa de los altos cargos imputados en el fraude de los EREs., porque así lo autoriza el Reglamento del Servicio Jurídico del Estado, según ha dicho el portavoz del ejecutivo andaluz, don Miguel Ángel Vázquez Bermúdez.

Ante tal situación caben tres reflexiones:

1ª. La Junta de Andalucía no pagará nada, sino que el gobierno andaluz tomará – sin pedir permiso – dinero de los contribuyentes para hacer efectivo el pago de la defensa a los presuntos delincuentes que robaron el dinero destinado a quienes van a pagar los gastos.

2ª. Un Reglamento no puede contemplar la posibilidad de que los ciudadanos paguen los gastos originados por la defensa judicial de imputados en un fraude y hurto de dinero que pertenece a los propios ciudadanos que pagan la defensa de quienes les han perjudicado.

3ª. El pago de la defensa lo ha decidido un Gobierno formado por hipotéticos defensores de los trabajadores pertenecientes al PSOE e Izquierda Unida, con el fin de proteger a presuntos defraudadores y ladrones del dinero que pertenece a los trabajadores.

No es que vivamos en un mundo al revés, habitamos un mundo enrevesado por la malicia, pervertido por la ambición, dominado por el cinismo y capitaneado por un grupo de abusadores que campan por sus respetos pisoteando la voluntad popular y los derechos ciudadanos, con impunidad insultante y soberbia desmedida.