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Día: 24 de enero de 2012

GILIPOLLAS

GILIPOLLAS

Los nueve miembros del jurado que se encuentran ahora reunidos nos dirán si Pacocamps es inocente o culpable, pero lo que ya sabemos por boca de su «amiguito del alma» es que es gilipollas.  Pero no un gilipollas cualquiera, sino un gilipollas esférico, es decir, gilipollas por donde quiera que se le mire. No lo digo yo. Lo dice el “bigotes”. El mismo que le daba besos, le hacía regalos millonarios, comía en su casa, .… y terminó ofreciéndole “dos hostias”.

Según Alvarito, Pacocamps no es gilipollas porque vaya como don Gil Imón con sus dos hijas a todos los festejos madrileños donde como alcalde era invitado, popularizándose que Gil iba siempre con sus pollas, acabando por apocoparse en “Gil y pollas”.

No es eso, no. Lo que el “bigotes” ha querido decir es que Pacocamps es un lelo que se siente orgulloso de serlo; un tontolhaba que miente más que habla; un necio empedernido que saca la calva a refrescar por el cuello de la camisa almidonada.

Pacocamps duplica su gilipollez en el espejo donde pasa la vida, queriéndose con redundancia, adorándose a sí mismo, dándose besos en el trasero y creyéndose ser lo que no es, ni ha sido, ni volverá a ser, a poco que los valencianos hayan escuchado las conversaciones telefónicas con su amiguito conseguidor, que han sonrojado a la serpiente del paraíso.

La gilipollez denunciada por el corruptor Pérez nos hace pensar en un Pacocamps con ciertos delirios de grandeza, sin vergüenza alguna, rodeado de aduladores, con cemento en las mejillas, ausente de la realidad y sin sentido del ridículo.

La curación de tal grado de gilipollez no es fácil y pasa porque el motejador “bigotes” le aplique las hostias que le prometió, tantas veces como sea necesario. Además, las Trompas de Eustaquio del jurado popular no han de estar catalépticas y debemos confiar en que los valencianos hagan el resto.