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Día: 6 de septiembre de 2011

GODIVAS Y CUADRÚPEDOS

GODIVAS Y CUADRÚPEDOS

En todas las profesiones es necesario acreditar  conocimientos sobre el oficio que se ejercita, salvo en una de ellas, que sin ser profesión, es una de las más profesionalizadas a tenor del largo tiempo que los beneficiarios la ejercen. Y sólo en una profesión, el sujeto que la ejerce dispone de asesores que le aconsejen, para suplir la ignorancia sobre el tema que el responsable exhibe sin recato.

Para acceder a la función pública todos los ciudadanos deben superar unas pruebas específicas, muy competitivas, salvo para ocupar las más altas responsabilidades del país, a las que puede acceder con el mínimo esfuerzo el más ignorante del reino.

Comprenderéis que estoy hablando de la profesión política, – oficialmente inexistente -, y de los profesionales que la ejercen, es decir, de los políticos. Galápagos provistos de una concha donde rebotan los pudores que avergüenzan al resto de ciudadanos y una cara más dura que el diamante.

Unidos, pues, el atrevimiento y la ignorancia, no extraña que los regidores nos lleven de tumbo en tumbo, guiados por asesores de tres al cuarto, más políticos que profesionales, porque los buenos técnicos suelen dedicarse a su oficio.

Tal situación explica las consecuencias de poner la educación de una Comunidad en manos de una Técnica en Información y Turismo como doña Espe, que lleva a su lado como vicepresidenta a una licenciada en Económicas llamada Lucía, que ya dejó ver los dientes en 2007 privatizando el Colegio Miguel Ángel Blanco, adjudicando su gestión a una empresa sin experiencia en el ámbito educativo, que luego fue ilegalizada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

No es el turismo, – oficio de la presidenta -, ni el producto interior bruto, – ocupación de la vicepresidenta -,  el bien más preciado de un país, sino la formación de sus ciudadanos, como sustento de  la democracia, base del progreso, soporte de la convivencia, eliminación de los fundamentalismos y confinación de las guerras.

Cuanto más se popularice, expanda y facilite la educación de los ciudadanos, mayor será el bienestar, la paz y la riqueza de un país. Es importante que los responsables educativos perciban su tarea con mesianismo social, y los ciudadanos tenemos la obligación de poner la educación en manos de personas que así lo sientan, porque de lo contrario será como dar godivas a un cuadrúpedo.